Antes de que existiera el Rolex Submariner, ya había un reloj que definió el estándar del buceo: el Blancpain Fifty Fathoms, presentado en 1953. Nació de una colaboración con la marina francesa, que necesitaba un reloj resistente al agua, legible y confiable para sus buzos de combate.
El Fifty Fathoms estableció características que hoy damos por sentadas en los relojes de buceo: bisel giratorio unidireccional, gran luminosidad y resistencia al agua suficiente para operaciones profesionales. Su nombre hace referencia a las “cincuenta brazas” (aprox. 91 metros), que en ese entonces se consideraban la máxima profundidad alcanzable.
Hoy, Blancpain mantiene viva esa herencia con reinterpretaciones modernas que combinan historia y tecnología, desde ediciones vintage hasta modelos con cajas de titanio y movimientos automáticos de última generación.
El Fifty Fathoms no es solo un reloj de buceo: es la raíz de un linaje. Un recordatorio de que la innovación puede ser clásica y eterna al mismo tiempo.
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